DOCUMENTO DE CONSENSO SOBRE NEUMONÍA COMUNITARIA GRAVE EN EXTREMADURA.
Consideraciones generales:
La mortalidad relacionada con la neumonía adquirida en la comunidad grave (NACs) sigue siendo una preocupación importante, especialmente en niños y en los ancianos, a pesar de los avances en las pruebas de diagnóstico rápido, las nuevas opciones de tratamiento y las estrategias de vacunación. La mortalidad relacionada con la neumonía en los ingresados en la UCI es aproximadamente del 30% (Fine et al., 1996; Metersky et al., 2012; Walden et al., 2014).
Aunque esto se ha descrito en general para la neumonía bacteriana, la experiencia reciente de la pandemia con el nuevo coronavirus (COVID-19) ha demostrado que la mortalidad es de 35 a 50% en pacientes que requieren ventilación mecánica invasiva (Richardson et al., 2020). Streptococcus pneumoniae sigue siendo el patógeno bacteriano más común responsable de NAC, independientemente de la edad del paciente y las comorbilidades (Said et al., 2013).
La neumonía asociada a la atención de la salud ya no se reconoce como una entidad distinta, sino como una forma de NAC, y hay cada vez más evidencia de patógenos gramnegativos como agentes etiológicos de la NAC (Prina et al., 2015). Los patógenos recientemente acuñados como “PES” (Pseudomonas aeruginosa, Enterobacteriaceae que son β-lactamasas positivas de espectro extendido y Staphylococcus aureus resistente a la meticilina) representan hasta el 6% de la NAC hospitalizada (Prina et al., 2015).
La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es la causa más frecuente de muerte en los países en desarrollo (GBD 2017) La NACs mata a más personas que todas las demás enfermedades infecciosas en todo el mundo (GBD 2016), y es responsable de más de 3 millones de muertes al año.A pesar de la carga de mortalidad, la NAC ha sido recientemente reconocida como una enfermedad desatendida (Aliberti et al 2019). La NAC también tiene un importante coste económico para los sistemas sanitarios, con más de USD 10 mil millones al año gastados para tratar pacientes con NAC solo en los EE. UU. (Jain S et al 2015; Wunderink RG et al 2014). Su prevalencia es mayor en pacientes menores de 5 años y mayores de 65 años; la NAC es por lo tanto una enfermedad más grave y más frecuentemente mortal en adultos mayores (Cilloniz C et al 2012).
En España la tasa de mortalidad en 2018 por NACs fue de 19 por 100.000 habitantes y Extremadura fué la segunda comunidad con la tasa mayor de nuestro país, 30 por 100.000 (Fuente Estadística Eurostat 2019). Esto nos obliga a realizar un esfuerzo de mejora en la detección de NACs y organizar un manejo de esos pacientes adaptado y protocolizado conforme a las últimas publicaciones científicas, guías nacionales e internacionales.
El uso de pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) ha llevado a una mayor detección de virus respiratorios en pacientes ingresados con NAC (Jain et al., 2015), y nuestra experiencia reciente con SARS-CoV-2 ha enfatizado aún más la importancia y alta frecuencia de neumonía viral. La American Thoracic Society (ATS) y la Infectious Diseases Society of America (IDSA) actualizaron recientemente las pautas de manejo de CAP de 2007 para optimizar las pruebas de diagnóstico y el uso de antibióticos (Metlay et al., 2019). El Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención (NICE) también publicó pautas actualizadas sobre el diagnóstico y el manejo de pacientes adultos con NAC en 2019 (“Neumonía en adultos: diagnóstico y manejo”). Si bien no existe una definición concreta de NACs, se considera que aquellos que ingresan en la UCI por requerir ventilación mecánica (VM) o soporte respiratorio o vasopresor intensivo (IRVS), y aquellos que tienen hipotensión que no responde a líquidos, tienen NACs. Fuera de esas definiciones, todavía existe un debate sobre la mejor manera de identificar a los pacientes con NACs (Torres et al., 2019).